ESTUDIANTES 2020/21

viernes, 18 de marzo de 2016

Clase de color y estudio del artista Jeff Koons

Bibliografia para esta clase:

Película recomendada para analizar el color:
HEROE


INTERACCIÓN DEL COLOR

         UN COLOR ES UN COLOR DEPENDIENDO DEL QUE TENGA AL LADO       




















Anish Kapoor





Jeff Koons 
Pop Art y Neo Pop

https://www.youtube.com/watch?v=MwZveNsRGiU



de http://www.elconfidencial.com/cultura/2014-06-28/jeff-koons-el-gran-timo-del-artista-vivo-mas-caro-del-mundo_153574/
.POP ART
.ARTE Y DINERO
.SEXO
.CURSI
.ADAPTACIÓN A SU TIEMPO
EL TAMAÑO SI IMPORTA!



Jeff Koons posa junto a una de sus obras en el Whitney Museum. (Reuters)
Jeff Koons posa junto a una de sus obras en el Whitney Museum. (Reuters)
 el marketing ha fagocitado al talento.
. Los bolsos son el consuelo para quienes nunca podrán adquirir una escultura: las masas.
La relevancia histórica y estética de los hinchables de plástico, las aspiradoras en vitrinas o las estatuas kitsch de Koons sigue siendo objeto de controversia entre los expertos aunque seguramente sus opiniones tengan mucho menos peso que las de los filántropos que forman parte del consejo de asesores del Museo Whitney. La mayoría de ellos son conocidos coleccionistas, como por ejemplo, su presidente, Leonard A. Lauder, quien, !ay!, posee unos cuantos Koons.
Y ahora que el artista ha regresado a la pool position del mercado del arte al vender en una subasta la obra Balloon Dog (Orange) por 58 millones de dólares (la adquisición más cara de la historia de las subastas para un artista vivo), organizarle la retrospectiva más grande y más cara de la historia del museo asegura que su cotización como artista vivo más caro del mercado se mantendrá alta.


Una pareja,  junto a una de las obras de Jeff Koons. (Reuters)
Una pareja, junto a una de las obras de Jeff Koons. (Reuters)
Koons, de 59 años, dio sus primeros pasos en el arte comprando flores y conejos de plástico hinchables en el ‘Todo a 100’ de su barrio y haciendo instalaciones en su propio apartamento neoyorquino en los setenta. La exposición del Whitney reproduce esas instalaciones, en las que sólo falta introducir un par de niños de verdad correteando entre los colorines y no habría diferencia con un parque de juegos. ¿Colocar esos objetos en un museo los convierte en arte? Duchamp ya puso su urinario en una galería hace más de un siglo pero entonces aquello sí fue rompedor porque fue el primero. Con todo lo que hemos visto cien años más tarde cabe preguntarse si habría que variar en el diccionario el significado de la palabra ‘rompedor’ utilizada en el dossier de prensa.
La instalación, titulada Flores hinchables (1979), sirve de arranque de la muestra. Treinta y cinco años más tarde y dos pisos más arriba reencontramos iconografía peligrosamente similar. Las dimensiones y los materiales han cambiado, ahora todo es grande y está hecho con materiales carísimos, tanto que para instalar la obra Play Doh, que se presenta al público por primera vez tras veinte años trabajando en ella y emula el material homónimo con el que juegan los niños pero a ‘escala Koons’ (tiene casi 4 metros de alto), el museo ha tenido que solicitar un seguro extra y traer un equipo de montaje especializado.
La vida artística Koons se resume en 150 obras que representan todas las series en las que ha trabajado este maestro de la autopromoción, organizadas por títulos tan acertados como BanalidadDiversión Fácil, o Lujuria y Degradación. No faltan las fotografías que se hizo desnudo en la cama con su ex mujer, la porno-star Cicciolina, que en el contexto de toda la muestra y con la perspectiva que dan los veinte años desde de su creación, muestran en toda su crudeza cómo el ego-trip puede llevar a un artista a hacer verdaderas aberraciones.


Jeff Koons, delante de una de sus obras en el Whitney Museum. (Reuters)
Jeff Koons, delante de una de sus obras en el Whitney Museum. (Reuters)
No obstante, aquella serie, titulada Made in heaven, contribuyó a darle la fama que hoy tiene, lo cual obliga a preguntarse qué extraño fenómeno ocurrió entonces para que el mundo del arte perdiera la cabeza por este artista.
Sus últimas creaciones se agrupan bajo el título Antigüedad. Son estatuas gigantescas que reproducen, aparentemente, estatuas clásicas de la Roma y la Grecia antiguas, aunque en realidad son reproducciones de figuritas kitschque copian a los clásicos. Eso sí, en cada una de ellas hay un detalle colorido y aparentemente fuera de contexto con el que el artista deja su huella indeleble. Las estatuas griegas y romanas siguen siendo objeto de admiración siglos después de su creación. Seguramente sus escultores no se lo imaginaban. Koons en cambio parece estar convencido de su trascendencia histórica. A juzgar por su retrospectiva, se equivoca.

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